«El camino al infierno está empedrado de buenas intenciones.» (San Agustín)
En los tiempos que corren, parece que tener principios es más difícil que nunca. Queremos ser respetuosos con el medio ambiente y ayudar a reducir el uso de pesticidas, pero acabamos comprando aguacates ‘bio’ transportados desde Chile, e incluso yendo en nuestro coche diésel a recogerlos. Evitamos comprar productos con aceite de palma para evitar la explotación, porque lo hemos leído en nuestro smartphone fabricado en China en condiciones deplorables… Comemos quinoa ecológica, pero nuestras camisetas están hechas de algodón genéticamente modificado y extraído en condiciones inhumanas.
La intención es la mejor, pero a veces lo mejor es enemigo de lo bueno.
La coherencia puede ser una actitud lógica en la que, usando la razón, uno toma decisiones según los principios que se impuso. Tomar una decisión que contradiga esos principios podría suponer una incoherencia y falta de integridad. Sin embargo, esta decisión también puede ser resultado de una profunda reflexión o una conversación enriquecedora que nos permitan aprender y evolucionar.
Como decía R.W. Emerson: “la necia coherencia es el duende de las mentes pequeñas”.
Por ejemplo, actuando coherentemente con la imagen que me creo de “amante de los animales”, dejaría de comer carne y de usar cualquier cosa que proceda de animales, dejaría de visitar zoos, etc. ¿Qué ocurre si un día me invitan a comer carne y como igual que todos? Según la coherencia lógica, me he traicionado, he perdido mi personalidad. Pero quizás haya otros factores externos que me hagan reflexionar: “estoy en casa de alguien importante para mí y comer esto es un ritual o acto de gratitud para la gente de esta casa”.
La consciencia sobre lo que pensamos, sentimos y hacemos cada día hace más evidentes las incoherencias. Pero, ¿no es ahí donde más aprendemos? ¿No es en el momento en el que nos hacemos conscientes de la contradicción que podemos extraer una lección?
Tomar una idea y darse cuenta de que la contraria también puede tener sentido es duro y demanda un gran ejercicio de autoevaluación y cambio que cuesta, pero que permitirá avanzar en el camino hacia la coherencia.
Nuestro camino hacia la coherencia conlleva incoherencias
En Foodinthebox hemos iniciado nuestro camino con el único objetivo de arrancar un sueño y hemos trabajado, desde la ignorancia, con marcas y productos de alimentación que no hacían ningún bien. Cuando comprendimos la responsabilidad que tenemos de participar en que el sistema alimentario sea más respetuoso con el entorno, con las personas y con la salud aprobamos entre todos un código ético. Redactarlo fue fácil, deshacernos de marcas que no cumplían con ello un poco menos, pero lo hicimos. La dificultad comienza cuando aparecen ofertas tentadoras que prometen hacernos más grandes.
Un caso muy concreto es el de una gran marca (no especificaré nombre) conocida a nivel mundial por sus bebidas azucaradas. Nos ofrece una buena cantidad por una campaña con su producto. Nos lo planteamos mucho y días de debate decidimos no participar en limpiar la imagen por la que el mundo entero la conoce: zero saludable.
Y ¿después qué? Ahora a apechugar y a ser igual de coherentes con todo lo demás, ¿no? Aparecen más ofertas, más marcas, más debates…y cada vez nos preguntamos ¿dónde están nuestras líneas rojas? Igual que todo en la vida esas líneas rojas evolucionan y sin caer en el “todo vale” permitimos que haya una progresión.
Ya hemos estado haciendo cambios en nuestras recetas que responden a nuestros principios de salud y ética como sustituir el azúcar blanco por panela, eliminar el atún rojo (por razones de sostenibilidad), sustituir los huevos y pollo comunes por camperos y ecológicos, buscar e introducir las frutas y verduras ecológicas, comprar los cereales, pasta y legumbres eco y a granel, lo mismo con la ternera, las hierbas, las especias… y muchos casos más.
Sin embargo, después de todo este esfuerzo seguimos recibiendo ofertas que nos devuelven al debate. Tal es el caso de la misma marca que rechazamos hace unos meses, que vuelve a aparecer a través de una agencia intermediaria con una oferta bien diferente, pero también interesante. Y ¿qué hacemos? Pues en primer lugar, valorarlo, es cierto que ciertas marcas son “conocidas por su fama”, pero no somos jueces de nadie. En cada oferta otorgamos el beneficio de la duda y discutimos si la colaboración afecta a nuestra finalidad, que es la de transmitir salud y consciencia en la alimentación. En este caso NO afecta, así que decidimos colaborar… ¿Hay coherencia en nuestros actos por aceptar trabajar con una marca que rechazamos hace unos meses? Según nuestra valoración, todo depende de la finalidad y del impacto que ésta genere en las personas, no de la marca en sí.
Así, nos planteamos y replanteamos nuestra coherencia, estudiamos cada caso sin olvidar el objetivo final: participar en que nuestra alimentación sea más respetuosa y saludable dejando a las personas elegir consciente y libremente a través del conocimiento, la confianza y la transparencia.
¿Qué hacemos en Foodinthebox para ayudarte en este camino?

Parece que hoy dia ir al supermercado a comprar es un bombardeo constante de dilemas morales entre lo que «debemos» y lo que «queremos».
Sabemos que hacer la compra éticamente y vivir 100% coherente son tareas difíciles, para nosotros también. No queremos ser paternalistas y elegir por tí, queremos que haya autonomía en tus elecciones. Pero si queremos acompañarte y que nos acompañes en este viaje de reflexión hacia la coherencia.
Por eso estamos desarrollando un sistema en el que podrás elegir tus recetas no solo según tus necesidades dietéticas, sino también éticas. Nosotros clasificaremos las recetas según distintos grados de consciencia desde el punto de vista del bienestar animal (vegetarianas, veganas, reducetarianas…) y de la sostenibilidad ambiental (km0, local, nacional, ecológico…) y respeto a la dignidad humana (comercio justo, igualdad…). Con ello haremos un filtro con el que seleccionarás los grados en los que quieras alimentarte y tendrás directamente las recetas acorde a tus valores éticos. Lo llamamos “filtro consciente” y aunque nosotros seleccionamos los productos y los platos, en última instancia serás tú quien elija.
Además de darte autonomía en tus elecciones queremos ser transparentes contigo y que conozcas el “secreto” de nuestra cocina: los ingredientes.
El mero hecho de que cocines tu comida, ya es un gran paso en el camino hacia una alimentación consciente. Además, en Foodithebox todas las recetas que ves son diseñadas con menos de 400 ingredientes únicos (frente a los miles que existen en los supermercados), lo que nos permite trabajar únicamente con aquellos coherentes con nuestros valores y no pasan nuestras «líneas rojas».
Queremos compartir este trabajo, y hacerte parte de el proyecto. Hemos empezado a crear una «wikipedia» con todos estos productos en la que encontrarás toda la información que seamos capaces de encontrar (nutricional, ética, de la cadena de valor, … ), para que tengas la información que deseas (y nos ayudes a ampliarla si quieres).
Y como esto es un servicio que creamos para ti, para que disfrutes física y emocionalmente comiendo, creemos importante que participes en ello. Por eso te proponemos que nos comentes cuáles serían tus niveles éticos y dietéticos en tu alimentación y qué ingredientes irían en ellos.
En foodinthebox creemos que el tenedor es el arma más poderosa para cambiar las cosas. Cada vez que lo usamos elegimos cómo queremos nutrir nuestro cuerpo y nuestra mente, por qué valores apostamos, qué modelo queremos de agricultura, de comercio… Esperamos que tanto el «filtro consciente» como la «wikingredientes» vean la luz pronto, y te ayuden a utilizar este «arma» de la forma más coherente posible.
Ya sabes, bon appétit rico, ético y a tu manera.