La fase de sangrado durante el ciclo menstrual de las mujeres, provoca en el cuerpo un estado de inflamación generalizado, acompañado de retención de líquidos, molestias e incluso dolor (más o menos intenso), agotamiento, cansancio, y poca energía.
Es normal sentirse con menos energía de lo normal, aunque no lo es ( o no debería serlo) sentir dolor intenso. En estas ocasiones es importante descartar trastornos que provocan ese elevado dolor, como endometriosis o SOP (Síndrome de Ovario Poliquístico). En estas ocasiones, cuando el proceso natural inflamatorio de la menstruación sucede, se junta con un estado previamente inflamado, normalmente por una alimentación proinflamatoria (ultraprocesados, refinados, etc) y el mayor factor inflamatorio que existe: el estrés.
Unos niveles de estrógenos elevados en la fase premenstrual ocasiona retención de líquidos, incomodidad e incluso aumento de peso. Para ello puedes prepararte consumiendo:
- Piña o papaya, ricas en enzimas que promueven la relajación de músculos y previenen los cólicos menstruales
- Agua en formato de vegetales, infusiones o en sí sola, ya que un sistema bien hidratado previene los síntomas como calambres que caracterizan el dolor agudo.
- Infusiones de especias como manzanilla, salvia, jengibre y canela, actúan como diuréticos, y antiinflamatorios
Productos como la curcuma, jengibre, vegetales verdes, ajo, cebolla, cereales integrales, frutos rojos, piña y frutos secos, tienen fitoquímicos con propiedades antiinflamatorias muy potentes, por lo que introducirlos durante los días previos y durante el sangrado, aliviarán los síntomas inflamatorios y dolor leve. Otros alimentos que contribuyen a este efecto son aquellos ricos en ácidos grasos poliinsaturados, como los que se encuentran en el aguacate, nueces y semillas de lino, además favorecen la circulación y equilibrio del sistema nervioso.
Otros aliados en los días de sangrado son los alimentos ricos en minerales como calcio, magnesio y potasio. Los puedes encontrar en vegetales como el brócoli, espinacas, plátano, y algunos frutos secos como semillas de chía, almendras, anacardos y en dátiles. También es necesario reforzar el consumo de alimentos ricos en hierro (legumbres en general, carnes, remolacha y frutos secos) acompañados de una fuente de vitamina C para maximizar la absorción del mineral (limón, pimiento, tomate, fresas, kiwi etc.) De este modo fomentamos la reposición de minerales que pueden perderse durante el sangrado, y prevenimos situaciones de anemia.
Los alimentos ricos en fibra como las legumbres, frutas, frutos secos y cereales integrales, favorecen la producción de heces con mayor contenido en agua, ayudando al organismo a eliminar el exceso de líquido, regulan las digestiones y favorecen el tránsito intestinal. Es también un modo de eliminar los estrógenos inactivados una vez han ejercido sus funciones en la fase menstrual.
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En los días previos y durante el sangrado se recomienda evitar productos que fomentan la retención de líquidos y la deshidratación como: sal, alcohol, café, teína, alimentos ricos en azúcares simples como refrescos y aquellos con un elevado contenido de grasas saturadas.